jueves, 26 de julio de 2012

Novedades 26 de julio del 2012

Se ha actualizado el blog con los siguientes artículos:
Espero que sean de vuestro interés y agrado

La leyenda del Drac de Na Còca

Por Josep Maria Osma Bosch

Drac de Na Còca, como se puede observar en el Museu Diocesà de Mallorca
El Museu Diocesà de Mallorca, que se halla anexo al palacio episcopal, cuya sede es el antiguo oratorio de Sant Pau, datado en 1350, fue fundado por el obispo Pere Joan Campins i Barceló (Palma, 1859-1915), siendo inaugurado un año después de su muerte. Una de las piezas que forman su rico y variado fondo artístico  es, y que se halla al lado de la recepción, un pequeño cocodrilo disecado. Seguramente, las personas que visiten el museo se sorprenderán que en ese lugar donde se exhiben pinturas y esculturas, cerámicas  talayóticas, punicas, romanas, árabes y medievales cristianas, figure ese reptil. Veamos su historia, mejor dicho, su leyenda…

A finales de la primera mitad del siglo XVII, el pánico se adueñó del señorial barrio de Sa Portella. Se decía que habían desaparecido niños de corta edad que vivían en plantas bajas y que se había visto por los aledaños un enorme dragón que salía por las noches del subsuelo en busca de su sustento: carne humana. También se decía que podía haberse escapado de un barco atracado en el cercano muelle y que encontró escondrijo en las cloacas.

Pel carrer de Sa Portella,        (Por la calle de Sa Portella)
quan la nit cau,                        cuando cae la noche,
diuen que hi surt una bèstia;     dicen que sale una bestia;
valga´ns Déu, val!                   ¡válgame Dios!)
                                         
S´engoleix les criaturas           (Se come a las criaturas
valga´ns Déu, val!                   ¡válgame Dios!
Les mares de Sa Portella        Las madres de Sa Portella
Ploren d´espant.                     Lloran de espanto.)

                                                                     
Canción El drac de na Còca, fragmentos. María del Mar Bonet, Gabriel Janer Manila y José Antonio Martín Curty

Una noche, Bartomeu Còc, gobernador de la plaza de Alcúdia, tras dar el santo y seña en la puerta de muralla de Sa Portella, una de las ocho que formaba el perímetro amurallado de Ciutat de Mallorca, 3.215 canes mallorquines (5.00om metros), accedía a intramuros a lomos de su caballo. Segundos después, y sin perder de vista a ambos lados de la estrecha calle por si aparecía el animalote, del cual ya tenía noticia de su existencia, llegaba a la ventana de la casa de su amada, Catalina Costa que ya le estaba esperando. Transcurridos unos instantes de intimidad entre los dos enamorados, Còc, que no había dejado estar vigilante, vio un sombra que avanzaba hacía él emitiendo extraños rugidos, al grito de “Es drac! “, desenvainó su espada entablo lucha con el reptil. Tras una lucha con denuedo, nuestro caballero hundió la punta de su arma blanca en la barriga del animalote, haciendo teñir el suelo empedrado de la calle con su sangre verde. Bartomeu Còc, al ver que la bestia ya pertenecía al mundo de los no vivos, lo arrastro, con ayuda de su caballo, ante los pies de Catalina con estas palabras: “ Vet ací es drac de na Cocà!”.

Es trepig d´un cavaller             (Los pasos de un caballero 
pes carrer de Sa Portella          por la calle de Sa Portella
alegra es cor de la jove            alegra el corazón de la joven
que guaitava a sa finestra.        que miraba por la ventana)

    
S´amor li dava coratge.            (Su amor le da coraje
Son nom, es desig de vèncer,   Su nombre, el deseo de vencer,
Sa fe, sa confianza en Déu…    La fe, la confianza en Dios...
Es drac envestí… l´espera.       El dragón embiste...le espera)

Poema Es drac de na Còca, fragmentos. Bartomeu Ferrà Perelló.

Bartomeu Còc, sirvió como capitán de infantería en los ejércitos del rey Felipe IV (1605-1665). Fue hecho prisionero con su compañía en el cabo de Gata por tres galeones moros, permaneciendo recluido en Argel durante un año y medio siendo rescatado por su familia por el precio de 1.500 reales de a ocho. El rey, por sus servicios prestados, lo nombró gobernador de Alcúdia y le otorgó el señorío de Campos y de Santanyi. En su testamento, en cuyos bienes se hallaba el reptil disecado, al no haber tenido descendencia, nombró heredera a su esposa, Catalina Costa. Tras su muerte, Còc, ocurrida el 19 de mayo de 1677, Catalina contrajo matrimonio en segundas nupcias con Francesc Rosselló, cuya casa familiar se hallaba en la esquina de la plaza de Santa Eulàlia con las calles Cadena  y Església de Sant Eulàlia. Cada 31de diciembre, en ocasión de la Festa de l´Estandart, era colgado de la fachada de la casa y después guardado en un arcón. En la segunda década del siglo XX, una criada, realizando la limpieza, abrió el arcón y al ver el animalote sufrió un infarto de miocardio que le produjo la muerte;  raíz de ello, el que era heredero de la familia, Francesc Rosselló i Miralles, lo donó al obispado de Mallorca:

Encara ric d´un senyor.                  (Todavía rico de un señor.
Tanta en duia que plorava               Tanta llevaba que lloraba
el vespre quan me n´anava              por la noche cuando me iba
a davant Can Rosselló,                   delante Can Rosselló,
per veure fermat pel cos                 para ver atado por el cuerpo
penjat com una miloca                    colgado como una lechuza
un animalot molt gros                      un animal muy grande
que es deia “El Drac de na Còca”   que se llamaba "El Dragón de na Còca"
amb barram d´aquí a allà                 con dientes aquí y allá
i una llengua serpentina.                   y una lengua serpentina.
Quina por em fa, padrina!               ¡Que miedo me da, abuela!
Quina por en fa!                             ¡Que miedo me da!)

Poema Sa Colcada , fragmento. Pere d´Alcàntara Penya i Nicolau.

I aquí, sa història és acabada,      (Y aquí la historia se acaba,
sa d´en Còc, valent cavaller,        la de Còc, valiente caballero
que amb una bona espassada,     que con un buen espadazo
matà a sa fera gegantada             mató a la fiera gigantesca
per sa Portella, senyoral carrer.   por sa Portella, calle señorial)

Poema Mort l´ha en Còc, fragmento. Josep Maria Osma Bosch

NOTA

Por Misterios de las Baleares

Se ha realizado una traducción aproximada de los versos en catalán para su entendimiento por parte de aquellos que no conocen este idioma. Si sumamos que algunas expresiones pertenecen al dialecto mallorquín, puede que la traducción no haya sido muy correcta o que presente alguna incongruencia. Pido disculpas por ello y se agradecerá que si hay algún error, se pongan en contacto con el administrador del blog para comunicárselo y así se pueda subsanar.

Es Puig de ses Bruixes


Por Amado Carbonell Santos

Fotografías: María del Carmen García y Amado Carbonell Santos. Ilustración: Amado Carbonell Santos.

Circulando por la carretera que une la población mallorquina de Algaida con el pueblo de Llucmajor, podremos divisar a nuestra izquierda los montes que componen la sierra de Randa, en el cual está construido el monasterio de Cura y el famoso radómo del aeropuerto de Son Sant Joan visible desde muchos puntos de la isla. Si al seguir adelante por dicha carretera comenzamos a divisar el campanario de la iglesia de Llucmajor, y dirigimos la vista hacia nuestra derecha observaremos una curiosa montaña alargada, íntegramente formada por roca caliza manchada por pinos diversos, que han ido creciendo de forma caprichosa sobre su superficie; pero vista desde su parte frontal, si observamos con atención nos daremos cuenta de que es prácticamente una pirámide natural, cuya cúspide está situada a 360 metros por encima del nivel del mar.

A unos 4 ó 5 kilómetros, contados desde el punto donde finaliza el pueblo de Llucmajor en dirección hacia Algaida, hallaremos en la parte izquierda de la carretera un desvío que parece pasar junto a la falda de la montaña; si lo recorremos, el negro asfalto va combinándose con tierra y guijarros sueltos sobre el pavimento, hasta que se convierte en un camino agreste que discurre entre dos muros de ladrillo de marés y está bordeado por gran variedad de vegetación.

En una de las zonas donde el camino de tierra se divide en dos, deberemos tomar la bifurcación de la derecha, hasta que encontremos una curva de a la izquierda llegando a una zona de viviendas antiguas y comencemos a ascender por la ladera. Solo podremos utilizar los vehículos hasta una cierta  parte del camino, después deberemos seguir a pié hasta la cima.

Este monte es conocido desde hace siglos como Es Puig de ses Bruixes, que en mallorquín significa el Pico de las brujas.

Dicho nombre fue impuesto por los habitantes de ambas regiones, ya que fueron víctimas de las bromas que dichas brujas protagonizaban. Cuando desde la cima avistaban el carro de algún agricultor que volvía con el carro cargado después de una jornada de trabajo, saltaban al vacío sobre sus escobas desde la parte más elevada del monte y volaban hacia él completamente en silencio. Por arte de magia se volvían invisibles para posteriormente sentarse sobre la parte trasera del carro. Eran tantas brujas subidas en él, que provocaban que las ruedas se hundieran en el fango y el asno no pudiera tirar con más fuerza, dejando a los agricultores tan sorprendidos que no sabían cómo reaccionar ante tal contratiempo.

Tras estar unos instantes caminando alrededor del carro y tirando de las riendas del asno, las brujas comenzaban a carcajearse del labriego dejándose ver. Cuando éste comenzaba a correr para aleccionarlas, montaban de nuevo sobre sus escobas para emprender el vuelo de regreso a la montaña, resonando sus risas por todo el valle.

Semana tras semana, el rey Jaume recibía diversas quejas por parte de los habitantes suplicándoles que hiciera algo para evitar que las travesuras de las brujas siguieran molestándoles. Así que un día harto de escuchar las súplicas de sus súbditos, seleccionó a dos capellanes de la corte y a un monaguillo para que les acompañase hasta la cima del monte, donde estas vivían y expulsarlas para siempre de allí.

En el momento que le vieron llegar sobre su caballo, ataviado con su armadura y acompañado por los religiosos, no dudaron en huir montando en sus escobas y lanzándose velozmente en diversas direcciones hasta que no quedó ninguna en la planicie. Cuentan que el rey Jaume clavó una cruz de hierro en el lugar donde ellas vivían para que jamás pudieran regresar, y desde entonces hasta el día de hoy no se ha vuelto a saber nunca más de ellas.

O eso nos han hecho creer hasta ahora….

Nuredduna

Por María Esperanza Rigo

Estatua en el Paseo Marítimo de Palma
Foto: ikoukladethelei.blogspot.com
"Per un batec de l´ànsia amd qué ton cor expira daríem les centúries de calma que tenim" (Por un latido del ansia con que tu corazón expira daríamos las centurias de calma que tenemos).
Al abrigo de estas palabras, pronunciadas por las piedras que habitan las cuevas de Artá y mudos testigos de la historia que a continuación comentamos, muere la protagonista de uno de los relatos menos conocidos de la cultura balear y, sin embargo, uno de los más hermosos: "La deixa del geni grec" (El legado del genio griego), poema que forma parte importante del libro "Tradicions i Fantasies" (Tradiciones y Fantasías).
Nuredduna, la sibil.la creada por Miquel Costa i LLobera en el año 1900 y habitante del poblado de Ses Païsses (Artá), agoniza tras ser lapidada por su propio pueblo, acusada de ayudar a escapar al griego Melesigeni, cuyo destino previsto era el de ser sacrificado en honor a los dioses junto a sus otros compañeros, prisioneros, como él, de la tribu a la que pertenece la joven.
Nuredduna se arrastra malherida hasta las cuevas en que ocultó a su amado, aquel que un día llegó a bordo de un barco hasta las costas de su poblado, aquel cuyo lenguaje no comprendía y que, inexplicablemente, entendía a la perfección cuando éste hacía sonar su lira. Y así muere la joven sacerdotisa, abrazada a la lira de su amante mientras éste, que ha conseguido llegar hasta el barco que un día le trajo hasta ella, regresa al poblado con la esperanza de rescatarla, arrasando en su camino todo lo que encuentra.
Con este poema Miquel Costa i Llobera consiguió hacerse con la Englantina d´Or (premio a la mejor composición poética de tema patriótico, hechos históricos o tradicionales de Cataluña) de los Jocs Florals de Barcelona de 1902, y el mismo autor nos explica el origen del nombre que tan enraizado está en la cultura mallorquina. Costa i Llobera nos cuenta que formó el nombre a partir de la palabra Nur, que en lenguas antiguas significa fuego, motivo por el cual los fenicios denominaron Nura a la isla de Menroca, isla en la que, como en todas las del archipiélago balear, abundan los talaiots, monumentos que curiosamente en Cerdeña todavía se denominan nuraghe. Así Nuredduna se convierte en una personificación del fuego sagrado, elemento común de la mayoría de culturas primitivas del Mediterráneo.
El hecho de que esté dotada de capacidades proféticas es el personal homenaje que hace el autor a la isla de Mallorca, ya que evoca claramente a la figura de la Sibil.la. Otro simbolismo importante que encontramos en este bello escrito es la lira del protagonista masculino de la historia, Melesigeni, ya que evoca al espíritu de la civilización griega, indiscutible germen de la cultura occidental, simbolizando él mismo la personificación de Homero de joven. Mallorca es el resultado de la síntesis de lo uno y de lo otro.
En 1947, de la mano del escritor Miquel Forteza, y del compositor Antoni Massana, Nuredduna se convirtió en ópera, y en el año 1975 en obra escultórica realizada por Remigia Caubet, si bien no será hasta el año 1995 en que dicha obra ocupará el lugar por el que hoy día todos la conocemos en el emblemático Paseo Marítimo de la ciudad de Palma.
Foto: astrogea.org
También los astrónomos Ángel López y Rafael Pacheco quisieron honrar a este trágico a la vez que hermoso personaje, proponiendo a la Unión Astronómica Internacional el nombre de Nuredduna para el asteroide descubierto por ellos mismos desde L´Observatori Astronòmic de Mallorca en  1997, nombre que fue aceptado precisamente en el momento en que se cumplía un siglo de la obra de Costa i Llobera.


Nuredduna, como ha sucedido con otros personajes, ha calado tanto en nosotros que ha conseguido traspasar la línea que separa la realidad de la ficción, pues hay quien dice que en las noches de verano, cuando el cielo está claro y la luna brilla con más intensidad, puede verse por las cuevas de Artá la figura de una hermosa joven que porta una lira y que, entre canto y canto, otea el horizonte, a la espera sin duda de que, algún día, el mar le traiga de nuevo el amor que una vez vio partir, el amor por el que entregó su vida, el amor que la convirtió en leyenda.