Iglesia de Sant Francesc |
sábado, 31 de agosto de 2019
Una venganza de ultratumba
La iglesia
de Sant Francesc de Palma está llena de historias y leyendas,
algunas de ellas desconocidas para los palmesanos. Una de estas
historias, tal vez de las más conocidas, tiene relación con el
mundo sobrenatural de los espíritus o almas en pena.
Como suele
ser habitual en este tipo de historias, no hay una fecha clara para
indicar cuando podría haber tenido lugar este suceso, pero por el
contexto del mismo, podríamos situarlo hace unos tres o cuatro
siglos. Pero no sería hasta el famoso poeta mallorquín Miquel
Costa i Llobera quien en su poema "La calumnia venjada" nos
relata esta historia y le da nombre a la protagonista, Elionor
Desmur, aunque en textos posteriores se la nombra en su forma
abreviada de Leonor Desmur. Gabriel Sabrafin al relatarnos la
historia en su libro "Historias y leyendas mallorquinas de
amor"lo enlaza con las guerras entre los bandos de Canamunt y
Canavall, en concreto entre las familias Anglada y Rossinyol,
basándose en un episodio real que hubo entre Nicolau Anglada e
Isabel Rossinyol, en que ambas familias se opusieron a su matrimonio,
pero principalmente utiliza personajes y sucesos históricos para
darle un transfondo más real a la historia a la hora de relatarla.
Leonor
Desmur era una joven cuya honra y nombre quedaron en entredicho
debido a unas difamaciones lanzadas por un joven, el cual abandonó
la isla para combatir en las guerras del continente, ya fuese porque
era incapaz de probar la veracidad de sus palabras o por temor a la
venganza de los familiares de la joven. Costa i Llobera de nuevo es
más claro a la hora de aportar más datos, ciertos o no, y sitúa
las guerras en las que participa el protagonista de nuestro relato en
Flandes.
Pasados
siete años el joven regresó a la isla, para descubrir nada más
llegar que Leonor acababa de fallecer. Durante estos años, y como
consecuencia de las palabras difamatorias del joven, la muchacha poco
a poco se fue marchitando hasta morir. El joven, impresionado ante la
noticia, acudió a la iglesia donde se encontraba el cadáver,
encontrándola hermosa en su palidez, pero con cierto rictus de
amargura en su rostro.
El joven,
arrepentido por sus actos, se arrodilló entre sollozos pidiendo
perdón, siendo escuchado por un franciscano allí presente. El
franciscano se acercó para averiguar el motivo de la pena del joven
y éste le confesó lo que hizo, por lo que el monje le impuso como
penitencia que velase toda la noche, solo, el cadáver de Leonor.
El joven
accedió y se quedó solo velando el cadáver, tras cerrarse las
puentas del convento y los monjes se retirasen a sus aposentos.
A lo largo
de la noche el joven fue vencido por el sueño, pero sólo por un
instante. Abrió en seguida los ojos encontrándose delante suya a
Leonor, fría y pálida, tendiendo sus brazos hacia él. El joven,
horrizado, saldría corriendo intentando encontrar una vía de escape
del convento, pero sin éxito, las puertas estaban cerradas, mientras
es perseguido por Leonor. El joven acabaría su persecución en el
mismo lugar donde se encontraba el cadáver de la joven, cayendo allí
muerto.
Al día
siguiente, el hermano lego abre las puertas para dar la primera misa,
descubriendo el cadáver ensangrentado del joven. Junto a él se
encuentra su lengua, arrancada y retorcida, mientras cerca del joven
se encuentra el cadáver de Leonor, que muestra en su rostro una
serena e imperceptible sonrisa, mientras que sobre su mortaja blanca
se pueden observar unas pequeñas y todavía frescas gotas de sangre
que contrastan con su color blanco.
BIBLIOGRAFÍA
VALERO I
MARTÍ, G. Palma, ciutat de llegenda. José J. de Olañeta, Editor.
Colección La Foradada, num. 17, Palma de Mallorca. 2003.
SABRAFÍN,
G. Historias y leyendas mallorquinas de amor. José J. de Olañeta,
Editor. Colección La Foradada, núm. 67, Palma de Mallorca. 2000.
SABRAFÍN,
G. Cuentos fabulosos y otros relatos fantásticos de las Islas
Baleares. José J. de Olañeta, Editor. Colección La Foradada. Palma
de Mallorca. 2001.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ahir férem la visita "Dones a l'ombra" i resulta en aquesta llegenda no es referix a n'Elionor Desmur, que fou una dona emparada als murs de la seu per voluntat pròpia, si no que en aquesta llegenda es refereix a n'Elisabet Desmur.
ResponderEliminarHo dic per si es vol rectificar i deixa la llegenda amb el personatge que toca.
Jajajajajajajaja
ResponderEliminar