miércoles, 19 de abril de 2017

El fin de los Armadans

La possessió de Son Armadans con su torre. Fotografía del autor.
Por Misterios de las Baleares

Una de las muchas leyendas que nos podemos encontrar en Mallorca sobre casas encantadas tendría lugar en la antigua possessió de Son Armadans, situada en la barriada palmesana del mismo nombre, y que en la actualidad está encuadrada por las calles de Andrea Doria, Almirante Gravina, Núñez de Balboa y Pilar Juncosa, siendo visible desde ésta última. Los Armadans eran una familia noble de la isla, famosa por los enfrentamientos que tuvo con las familias, también nobles, de los Espanyols y los Pacs. Este tipo de enfrentamientos entre diferentes bandos ha tenido lugar a lo largo de la historia de Mallorca, y la disputa entre los Armadans y los Espanyols fue uno de los más conocidos, siendo preludio del episodio más famoso de todos, las luchas entre Canamunts y Canavalls.

Las disputas entre los Armadans y los Espanyols comenzaron en 1489, durante las fiestas de Carnaval. Todo comenzó cuando una criada de Perot Espanyol echó agua, según era la costumbre por esas fechas, con tan mala fortuna que esta cayó sobre Jaume Armadans. El irritado caballero subió a la casa y tras agarrar a la muchacha, la azotó en presencia de la señora de la casa. Perot Espanyol se sintió tan ofendido que junto a cincuenta personas más atacaron Can Armadans para vengarse de la ofensa sufrida, matando al señor, Jaume Armadans, e hiriendo a su mujer y a su sobrino Francesc Armadans. Parte de los asaltantes consiguió darse a la fuga, llegando a participar en la Guerra de Granada, donde ganaron el perdón.

Como consecuencia de estos hechos el rencor entre ambas familias se mantuvo hasta que durante el día de difuntos de 1490 los ánimos estallaron. Durante la misa de difuntos que se estaba celebrando en la iglesia de Sant Francesc de Palma, un simple empujón derivó en una batalla campal entre ambas familias, llegándose a las manos y a las espadas. Los frailes, a pesar de sus esfuerzos, no consiguieron detener el combate, hasta que sacaron al Santísimo en procesión. Al parecer no hubo muertos, pero sí bastantes heridos y un juicio con severas condenas, que luego fueron rebajadas por el Rey. Como consecuencia de esta batalla, la iglesia se tuvo que consagrar de nuevo, hecho que nos recuerdan la presencia de una serie de cruces rojas que podemos ver dibujadas en los muros de su interior.

La familia residió en la antigua possessió de Son Armadans, tras su fin pasó por diversas manos, y durante años la casa permaneció abandonada, así como su jardín. En la actualidad poco queda de esta possessió, los antiguos terrenos agrícolas están invadidos por edificios de viviendas y chalets. En lo que fue la antigua possessió, situada en la calle Pilar Juncosa, número 4, de Palma, podemos observar una casa del siglo XIX, reconvertida en viviendas, y la torre de defensa, que posiblemente fue el núcleo primitivo de la possessió. Es una doble torre, de planta cuadrada que tiene adosada otra circular a su misma pared y que a lo largo del tiempo ha sufrido diversas modificaciones. La familia de los Armadans se extinguió en el siglo XVI dando origen a una leyenda que aún perdura hasta nuestros días, y que gira en torno a esta torre.

Según dicen, los últimos miembros de los Armadans tuvieron un hijo, aunque en otras versiones se dice que fueron dos. Como consecuencia de las querellas entre los Armadans y los Espanyols, estos últimos tramaron una terrible venganza, sobornaron a un esclavo moro al servicio de los Armadans para que acabase con su primogénito, a cambio de su libertad.

Una noche el esclavo moro entró en la habitación del niño, y tras cogerlo, subió a la torre arrojando al pequeño desde las almenas, pero fue descubierto y atrozmente ejecutado. Con este crimen llegó el fin de la familia Armadans. A esta leyenda los historiadores no le dan veracidad, y se piensa que de esta manera se intenta justificar el fin de la noble casa de los Armadans a finales del siglo XVI, pero como todo leyenda que se precie, tiene un fondo de verdad, y en este caso son el conflicto entre las familias de los Armadans y los Espanyols.

Pero no acaba aquí la cosa, y tenemos un último apunte, en este caso de tipo sobrenatural, eso sí, aviso a quien lea estas líneas que está pendiente de confirmación, por lo que pido sensatez y seriedad si se quiere divulgar. Con esto quiero decir que no se “venda” o difunda que hay fenómenos paranormales en la antigua torre de Son Armadans, cuando ni está comprobada esta afirmación, ni mucho menos demostrada. Según el escritor Carlos Garrido en su obra “Mallorca Mágica”, durante el tiempo en el cual la possessió estuvo deshabitada se afirmaba que en algunas noches de Luna se podía ver una claridad extraña en lo alto de la torre. Según este autor, se trataría del alma en pena del esclavo moro, condenado a contemplar desde el lugar del crimen la ansiada libertad que pretendió conseguir a costa de la vida del pequeño heredero de los Armadans. Por desgracia no he encontrado más referencias sobre esta parte de la leyenda, por lo que este aspecto sobrenatural de la misma, como me gusta decir en estos casos, se tendría que “coger con pinzas”, al menos de momento a la espera de conseguir una corroboración por otras fuentes que demuestren que, al menos, esa parte de la leyenda existe, aunque su origen sea moderno. De ahí mi solicitud que a la hora de divulgar, se haga con los pies en el suelo, que demasiados casos tenemos en el mundo de lo paranormal de divulgación sin sentido y con mucha exageración, simplemente por sensacionalismo, morbo o interés comercial.

Nota. Una possessió es como se denomina en Mallorca a las grandes fincas rurales, con edificios destinados a viviendas y a las labores agrícolas. Sería el equivalente mallorquín al cortijo andaluz o a la masía catalana.

BIBLIOGRAFÍA

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