Artículo publicado en la revista "Tanit", nº7, de octubre de 2016.
Por Misterios de las Baleares
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Palacio de la Almudaina, con la Torre del Ángel (Fotografía del autor). |
La alquimia es la disciplina que buscaba la conocida como "Piedra
Filosofal", elemento que permitía transmutar la materia, siendo
el ejemplo más conocido la transmutación del plomo en oro. Hay que
decir que llegó a estar muy ligada a otras disciplinas, como la
astrología, e incluso con disciplinas científicas como la medicina.
Durante la Edad Media muchos médicos disponían de conocimientos
astrológicos y alquímicos que empleaban a la hora de tratar las
enfermedades del cuerpo humano, y es en esta época, que es cuando se
puede decir que tuvo su auge la alquimia, se escribieron muchos
tratados sobre dicha materia, algunos de los cuales nos han llegado
hoy en día. Aún así mucho se desconoce sobre su práctica, ya que
tanto ésta como su enseñanza, se realizaba de forma hermética y
clandestina.
Durante siglos muchos la han practicado e incluso los poderosos han
financiado sus investigaciones, pero sin éxito, al menos que se
sepa. Gracias a la alquimia surgió la química y hoy en día la
alquimia es considerada una mera superchería o pseudociencia, ligada
a las ciencias ocultas, aunque sigue habiendo gente que, en secreto o
al menos de forma discreta, la siguen estudiando e incluso
practicando.
Mallorca no fue ajena a estas prácticas, se habla de que Ramón
Llull, nuestro beato más internacional y conocido, también se
introdujo en estudio de la alquimia, llegando incluso a escribir un
tratado sobre la misma, aunque parece ser que dicho tratado es
apócrifo y que fue escrito por una o varias personas que usaron el
nombre de Ramón Llull para darle más legitimidad. Otra historia, y
esta sí con cierto fundamento histórico, nos habla de Jaume
Lustrach, un alquimista que vino a trabajar a Mallorca por orden
real.
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Juan I de Aragón |
En 1395 el monarca Juan I de Aragón se trasladó a Mallorca para
huir de la peste que asolaba la Península, alojándose en el
Castillo de Bellver, cerca de Palma. Por la documentación que se
conserva, principalmente órdenes de gastos y salarios, contrató a
un personaje del cual poco se sabe, llamado Jaume Lustrach o de
Lustrach, para realizar ciertos trabajos alquímicos con la intención
de obtener oro.
Parece ser que el tal Jaume Lustrach era francés, posiblemente
Occitano en base a su apellido. El monarca le proporcionó un
laboratorio donde realizar sus investigaciones, situado en la parte
superior de la Torre del Ángel en el Palacio de la Almudaina de
Palma,
junto con varios sirvientes y unos guardias. El monarca le impuso
como plazo el 29 de septiembre, festividad de San Miguel, pero el
alquimista supo alargar los plazos. En vista de que el ansiado oro no
llegaba el monarca recortó parte de la guardia que había asignado
Jaume Lustrach para recortar gastos.
En 1396 Juan I murió durante una cacería, siendo sustituido por
Martín I el Humano. Jaume Lustrach continuó trabajando para el
nuevo monarca con la obtención de obtener el oro, que no llegaba. En
1399 comunicó al monarca que preveía acabar pronto la obra mayor de
la alquimia y el monarca le reiteraba su apoyo, agradeciéndole la
obra que Jaume Lustrach le había enviado. Dicha obra es un tratado
alquímico escrito por el mismo Jaume Lustrach, dedicado a Martín I
y titulado "Liber Fenicis (o de Phoenix) de compositione lapidis
philosophorum" o "Obra de la pera filosofal",
y que se llegó a traducir hasta principios del siglo XVIII en alguna
miscelánea alquímica tanto en latín como en alemán.
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Martín I "El Humano" |
Ahora bien, al final dicha relación cordial acabó como el rosario
de la aurora. En 1400 Martín I solicitó informes sobre la actividad
de Jaume Lustrach al lugarteniente del gobernador de Mallorca,
Berenguer de Montagut, el cual informó al rey que las actividades de
Lustrach eran un engaño. Por tanto, el monarca mandó apresar a
Jaume Lustrach y que fuese enviado a Barcelona, acabando así su
búsqueda de la piedra filosofal.
¿Qué fue de Jaume Lustrach?, nada se sabe. Por lo que parece en la
Corte tenía varios valedores, entre ellos la esposa del Rey Doña
María de Luna. Si Jaume Lustrach abandonó el reino o permaneció en
él, si fue liberado o se mantuvo preso, y si en algún lugar
continuó su búsqueda de la magna obra de la alquimia es una total
incógnita.
Como recuerdo de esta historia, en la Torre del Ángel existía un
horno hasta hace unos años en la parte inferior de la torre, que
siempre se ha vinculado a este alquimista como uno de sus elementos
de trabajo, pero de forma errónea, siendo más un elemento
legendario que histórico, relacionado con la figura del enigmático
alquimista Jaume Lustrach.
BIBLIOGRAFÍA
- VALERO I MARTÍ, G. Palma, ciutat de llegenda. José J. de Olañeta, Editor. Colección La Foradada. Palma de Mallorca. 2003.
- CONTRERAS MAS, A. Astrología, alquimia y medicina en la Mallorca Medieval. Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana, nº56, 2000.
- JURADO, L. Lustrach, el alquimista real. El Mundo Baleares, edición digital del 15 de mayo del 201.
- ARRIBAS JIMENO, S. La fascinante historia de la Alquimia descrita por un científico moderno. Universidad de Oviedo, 1991.
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