miércoles, 20 de abril de 2011

Las Psicofonías y su relación con otros fenómenos paranormales

Por Matías García Alcaraz

INTRODUCCIÓN

Para abordar la cuestión quisiera relatar previamente unos hechos, en parte al parecer derivados de una investigación que realicé. Es probablemente una historia de tantas, desde luego no idéntica, pero quizás similar a muchas otras que hayan podido acontecer dentro de esta fenomenología, ya que las anécdotas que se producen dentro del campo de esta investigación son infinitas y muchas veces espectaculares. Lógicamente al haber sido personalmente partícipe de ella puedo ratificar que lo que voy a contar es no sólo rigurosamente cierto sino que se expone de forma totalmente objetiva, sin dar opiniones de a qué pudo deberse algo, por lo que voy a efectuar la exposición de forma lineal tal cual aconteció.

UNA INVESTIGACIÓN Y VARIOS FENÓMENOS PARANORMALES CONSECUENTES

Un amigo mío un buen día me enseñó un edificio que él tenía a la venta en una población cercana a nuestra residencia en Palma de Mallorca, que según me explicaba y pude comprobar con los restos del antiguo mobiliario y enseres allí todavía existentes, pertenecía a un convento ya abandonado desde hacía bastantes años.

Cuando al cabo de un tiempo le comenté, e incluso le hice escuchar algunas inclusiones, que me dedicaba a la captación de psicofonías, ante su sorpresa e interés que ello le despertó me comentó que podríamos ir al referido convento a ver si podíamos obtener algún registro. Salvando mis reticencias iniciales, ya que me siento más cómo con las grabaciones "de laboratorio", me avine a ello.

El 17 de mayo del año pasado, 2.001, nos presentamos a las 18:30, accediendo al interior del edificio, recorriendo las numerosas dependencias para comprobar su estado y ubicar el lugar más idóneo para realizar las prácticas. La construcción, de unos quince metros de fachada entre medianeras, situado en el casco urbano de la población, aparentaba una antigüedad de unos cien años, quizás algo más. Constaba de tres plantas, siendo la planta baja destinada principalmente a los servicios, incluida la cocina, con un pequeño patio posterior, en el primer piso se distribuían las pequeñas habitaciones y en el segundo existía una sala muy grande, de más de setenta metros, como de reuniones, y alguna que otra minúscula habitación y diversas dependencias. Aproximadamente la superficie debía ser de unos 200 metros por planta. Algunas habitaciones todavía tenían diversos restos de mobiliario, como la cama, pero en general estaba todo vacío, con algunos enseres diseminados por un lado u otro, dando la imagen de total abandono probablemente desde hacia algunas décadas. Recorrimos las estancias, como habíamos ya hecho cuando me lo enseñó por primera vez, haciendo comentarios de lo que inevitablemente nos venía a la mente que no era sino cómo se debió desarrollar la vida en el interior de ese lugar, casi una pequeña comunidad, cómo irían vestidas las religiosas, comentando alguna foto u objeto que caía en nuestras manos, y a qué pudo deberse el cierre del convento, cómo se produjo en definitiva el final de esa altruista y abnegada labor, y cuanto tiempo llevaría así, de total abandono.

Pudimos verificar lo que ya sabíamos, que allí no había nadie, y seleccionamos la pequeña capilla, una sala rectangular de unos cinco metros de ancho por ocho de largo, el sitio en el que nos encontrábamos mas cómodos en ese lúgubre lugar y también como no, pensando que sería, como punto de reunión espiritual, el lugar donde, quizás de forma intuitiva, podríamos obtener probabilística mente un mayor número de inclusiones. Aún disponía de los largos bancos de madera que aparecen en todas las iglesias, un altar enfrente de un metro y medio y una figura de "cristo crucificado", aparentemente de madera policromada, de medianas dimensiones, colgado en el centro de la pared lateral contraria a la que tenía la puerta interior de acceso. Disponía asimismo de una pequeña sacristía justo detrás de la pared junto a la cual estaba ubicado el referido altar. Pudimos constatar asimismo que lo que era la pared que daba a la calle en realidad era una puerta de madera de enormes dimensiones. Probablemente su destino era el acceso directo de los feligreses a la liturgia sin necesidad de las incomodidades que supondría el desplazarse hasta allí a través de las dependencias del propio convento, desde su puerta principal.

Ello motivó que escucháramos algunos sonidos y voces provenientes de la calle, con lo que estuvimos esperando un buen rato, a que entrara definitivamente la noche, esperando a que desapareciera esa indeseable frecuencia de sonidos ambientales.

Mientras tanto íbamos preparando el equipo, discutiendo el lugar idóneo para colocarlo. Al tratarse de una investigación de campo está claro que no se puede disponer, normalmente, de los mismos equipos que uno suele utilizar en el lugar habitual fijo (de costumbre un habitáculo tranquilo de la propia casa que hace las funciones de "laboratorio"). Así que si ya de por sí no es necesario una gran complejidad de material para captar psicofonías, en este caso tuvimos que disponer únicamente del más mínimo y sencillo material, máxime cuando se presentó un inesperado problema con las conexiones del antiguo amplificador Lenco LA-700 que hacía bastante tiempo no usaba. He de decir y aclarar que a pesar del estado de total abandono de la construcción, por suerte todavía disponía de suministro eléctrico, y no lo digo por la cuestión de la activación del amplificador, que no pudimos usar por lo expuesto, sino porque gracias al alumbrado pudimos evitar caer en la que hubiera sido desagradable total oscuridad que además, habría malogrado nuestros propósitos.

El simple equipo del que disponía en consecuencia era mi grabadora de mini disk, tipo walkman, marca Sony, un micrófono multidireccional con un cable de seis metros, y otra grabadora tipo casete, con una cinta previamente grabada con sonido de agua cayendo que suelo usar como portadora (es decir el ruido de fondo sobre el que aparentemente se modula y que facilita la aparición de las inclusiones) y que normalmente activo al iniciar la sesión colocándola algo apartada del micrófono para evitar que éste capte los ruidos de arrastre de la cinta. Realizamos alguna prueba de grabación de nuestra voz, en la pista uno de la cinta virgen, comprobando que todo funcionara correctamente, como así fue.

Finalmente colocamos el mini disk en la capilla, desde donde yo lo iba a accionar, y el micrófono apartado en la sacristía (que era una habitación más interior), donde le dije a mi colaborador que se situara por si oía algún ruido ambiental, para que pudiera anotarlo e identificarlo. De momento no usamos ningún sonido de fondo (el agua pregrabada del casete según estaba previsto), y así, tras comprobar ya que desde hacía rato habían desaparecido los sonidos provenientes del exterior, de la parte de la calle, y en el más absoluto de los silencios nos dispusimos a iniciar la sesión de grabación.

Después de una breve presentación formulé la pregunta habitual, si había alguien....dejamos un margen de sesenta segundos...................

Al escuchar inmediatamente la cinta de mini disk (reitero sin ningún tipo de amplificación), en el primer segundo de la grabación aparecía una vocecilla femenina que parecía decir "no entro". Francamente no le di importancia porque me pareció la voz que solía captar por aquél entonces casi siempre en mi propio estudio, que casi de forma invariable y con una sonoridad rayando lo subliminal me aparecía en la primera fracción de segundo desde el inicio de la grabación.

El caso es que decidimos desplazarnos, y fuimos hacia la zona de la cocina, seguimos sin usar ningún sonido como portadora (el agua grabada aludida), y ahora formulé la siguiente pregunta: ¿estas aquí? Dejamos pasar sólo 20 segundos y no hubo respuesta.

Acto seguido me llamó la atención un rincón que casi era una pequeña habitación sin cerrar, pero en el fondo tenía el techo muy bajo, y recordé lo que un día me comentó un conocido investigador, que en los lugares donde había mucha resonancia ambiental (algo parecido al eco pero mas bien sería como la característica del sonido que escucharíamos al reproducirlo en una cueva), se facilitaba la captación de las inclusiones. Por ello decidí probar en ese punto, pero en este caso utilizando ya si como portadora el sonido del agua que tenía grabado en el casete. La pregunta, yo insistiendo, que formulé, fue otra vez la misma, ¿estás aquí? Dejamos transcurrir nuevamente 20 segundos.

Pasé a situar la pista grabada a su posición de salida, lo que con la técnica digital es prácticamente inmediato (es una gran ventaja de localización frente al método tradicional de grabación mediante casete a pesar de que lleven contador), sin esperar ahora tampoco que hubiera nada en especial. Sin embargo ante nuestra sorpresa (y debo decir más la mía inicial por cuanto mi compañero no tiene el oído acostumbrado a la escucha psicofónica y le costó un poco identificar el contenido de la inclusión), en la primera fracción de segundo de inicio de la grabación una voz femenina, débil pero muy claramente decía "estoy aquí arriba" (posteriormente al llegar a casa y pasarla por el amplificador pude corroborar al 100 % el contenido del mensaje). No dimos crédito a lo que acabamos de oír, además yo recuerdo que hice el comentario, quizás "bloqueado" por lo fuerte de la sensación, que ¿como es que se nos dice que está aquí arriba si realmente estamos en una planta baja? Mi compañero inmediatamente aclaró que efectivamente se podía estar refiriendo a que estaba en el piso superior.

Con cierta emoción subimos al primer piso, elegimos una habitación al azar, y siguiendo con la misma técnica realizamos un par de grabaciones de 60 segundos, si bien, no recuerdo la razón, sin formular ninguna pregunta. Se captaba algún susurro difícil de identificar y una voz, también en el primer segundo de grabación pero muy débil e ininteligible (ni posteriormente con amplificación pude aclarar nada).

En la tercera grabación, también de sesenta segundos (y ya la última por la hora que era; entre una cosa y otra se nos había hecho bastante tarde), decidimos preguntar que si había alguien allí nos dijera su nombre. Así lo hicimos pero al acabar simplemente recogimos las cosas y bajamos a por el resto del equipo con la idea ya de salir del lugar, no sin antes escuchar esta última grabación (todo ello sin perjuicio de escucharla en casa con más calma y más medios), así fue, y no dábamos crédito cuando en el segundo 14 de esa pista, aparecía un susurro de voz femenina (no se podía identificar claramente con la voz anterior por cuanto ahora aparecía en forma de susurro) que indudablemente una vez escuchada con algunas repeticiones decía "carmen" (cuando la escuché en casa y la amplifiqué debo decir que no sólo se oía con más claridad, sino que en el segundo 5, aunque más débil, aparecía repetida la misma inclusión, el mismo misterioso susurro que decía "carmen").

A pesar de todo, y ya por la hora que era, teníamos que abandonar el lugar, y también me motivaba a ello el deseo de procesar los sonidos obtenidos a ver que aclaraba y si podía captar algo más.

Cuando ya prácticamente íbamos a salir, mi compañero me entregó un objeto que al parecer recogió de la sacristía, que insistía en que me lo llevara como recuerdo. No sé el nombre, pero sí su finalidad, era como un bastoncillo de unos treinta centímetros de largo, recubierto de una tela adherida de color púrpura con unos dibujos o incrustaciones doradas, y de uno de los extremos colgaban como unas finas cuerdecillas, creo, o eso parecía, servía o se suele usar para bendecir. El caso es que obviamente me negué rotundamente. Por una parte me dio una sensación extrañísima, como si fuera un acto violento el llevarme eso, como si se lo estuviera quitando a algo o alguien. No me refiero a que tuviera un dueño, el lugar estaba abandonado y nadie iba a reclamar ese objeto que ya no tenía uso alguno, sino que sentí una curiosa turbación, como cuando vas a hacer algo que crees que no debes, pero muy intensa. Además, y esto es lo que me sirvió de excusa, cuando se va a realizar una investigación a cualquier lugar, es una máxima inexcusable dejarlo todo tal cual se ha encontrado.

El caso es que no recuerdo como, pero está claro que mi acompañante había cogido ese objeto porque cuando ya estábamos de camino estaba en la parte de atrás del coche, y me dijo que era igual, que el se lo llevaría. Yo pensé que sería cosa suya, ya que además tenía las llaves del lugar y por tanto nada podía impedirle hacer una cosa así, además en ese momento tampoco me importó demasiado y consideraba que no se trataba ni de una cuestión preocupante ni importante. Sin embargo sucedió que cuando nos despedimos se dejó el "objeto" olvidado en mi vehículo, me di cuenta cuando aparqué el coche y salía hacia mi domicilio. Decidí subirlo a casa para no dejarlo allí, pensando en que ya se lo devolvería cuando tuviera ocasión. Sin embargo su presencia me seguí turbando con la misma intensidad que antes. Recuerdo que lo dejé en una de las estanterías de mi estudio (en el mismo lugar donde grabo las psicofonías) y que había transcurrido un buen tiempo y ni siquiera lo había tocado, siempre recordando cada vez que lo veía que debía devolverlo.

El 22 de junio, es decir algo más de un mes después, (sé la fecha exacta por cuanto lo anotado en mi cuaderno de registros), en una de mis rutinarias sesiones psicofónicas se me ocurrió preguntar entre otras preguntas habituales, por primera y de momento por última vez, si alguna entidad que quisiera comunicar en ese momento necesitaba algo o quería algo de mi......no obtuve ninguna respuesta significativa observable en el rebobinado. Al acabar la sesión me fui a acostar como de costumbre, mi esposa debía de hacer un buen rato que ya dormía.

No puedo precisar la hora, creo que debieron de transcurrir aproximadamente dos, cuando mi mujer se puso a hablar en voz alta, recuerdo perfectamente como en sueños decía "vete, me haces daño", y estaba muy agitada, la desperté pensando lógicamente que tenía una pesadilla, pero despierta seguía igual y comenzó a decir que en la habitación había alguien, yo pensaba que es que no se había acabado de despertar del todo y le pedía que se calmara, el caso es que no podía pero me di cuenta de que no, que ya estaba totalmente despierta. Reiteraba que había un hombre, un ser, del que no podía distinguir el rostro, que estaba junto a mi en la cama, yo empecé a sugestionarme un poco por todo ello y hasta me parecía sentir su presencia. Decía, mi mujer que estaba de pié a mi lado, con la mano extendida, como si estuviera pidiendo algo. Que no le daba esa "aparición" buenas vibraciones y que no era buena esa actitud, en definitiva que no era positiva esa presencia, a parte del lógico sobresalto que produjo. Ella se levantó un tanto asustada aún y se dirigió a la habitación de la niña a ver si estaba bien y efectivamente, seguía durmiendo tranquilamente. Se metió nuevamente en la cama aunque decía que seguía notando su presencia. Finalmente, con menos dificultad de la que cabría pensar, pudimos conciliar nuevamente el sueño. Yo obviamente pensé en esos instantes que quizás esa supuesta aparición tendría que ver con la pregunta que había formulado en la sesión de grabación, ya que la actitud de la misma, según la imagen que se me describía, era de como si se estuviera solicitando algo, la ayuda que en cierto modo yo había ofrecido al formular la pregunta. Por supuesto me prometí a mi mismo nunca más formular una pregunta similar, lo que he cumplido hasta la fecha. Quiero aclarar, esto es necesario decirlo, que mi mujer, que yo sepa o así me lo ha demostrado en los cinco años que llevamos casados, es una persona madura y mentalmente sana, si bien, de forma muy excepcional ha visto en la habitación, siempre de noche, alguna aparición en similares circunstancias, incluso de algún familiar fallecido. Nunca ha tenido alucinaciones u otras apariciones inexplicables, y repito la circunstancia que relato, aunque de forma muy excepcional (en otras tres ocasiones que yo recuerde), no era la primera vez que se presentaba, con lo que dentro de la lógica sorpresa, tampoco fue un hecho especialmente alarmante. También debo decir que no le comenté nada ni de la pregunta formulada ese día, como no le había hecho tampoco comentario alguno de la investigación que habíamos llevado a cabo, a la que anteriormente me he referido. Todo esto es algo que llevo a cabo personalmente y sólo lo comento, y de forma muy excepcional, a personas que demuestran tener interés.

Sin embargo, las sorpresas aun no habían terminado. Dos días después de todo ello, mi mujer me explicó que había llamado a Cuba para hablar con una amiga suya que tiene ciertos dones espirituales (la vinculación con ella es lo de menos, pero es una persona que yo también conozco y sé que es honesta y no se dedica a esto ni públicamente ni por dinero, todo ello con independencia de que sea cierto que tenga o no una facultad especial) explicándole el caso y pidiéndole consejo, a lo que ella respondió, ante mi perplejidad, lo siguiente: "que yo había estado en un edificio abandonado en las afueras de la ciudad, donde había escuchado una voz que decía un nombre de mujer que era muy común, que no debía volver más allí, que la aparición estaba relacionada con ese lugar, que allí había cargado con una influencia negativa espiritual muy fuerte, y que debía deshacerme de ella", para lo cual daba una especie de receta ceremonial a la que no hice caso. Pero, en fin, las dudas me asaltaban, ¿cómo era posible que esta persona en Cuba, tan lejos, hubiera podido obtener una información que sólo conocíamos mi colaborador y yo? A nadie le había contado el más mínimo detalle, e incluso cuando mi mujer un día me había preguntado por el "objeto", simplemente me limité a responder que no era mío y que M.F. se lo había dejado olvidado en el coche.

En ese momento tomé una decisión que ya no podía demorar más, llamé a mi amigo explicándole lo sucedido y dos días después estábamos dejando el famoso "objeto" en el mismo lugar donde lo habíamos encontrado. Bueno, rectifico, realmente lo dejó él por cuanto yo no quise volver a entrar en el lugar, en realidad ni siquiera salí del coche.

Tendría que ver con algo o no lo que hice, probablemente nunca lo sabré, el caso es que por lo menos puedo decir que hasta la fecha nunca ha vuelto a manifestarse esa aparición y de momento ninguna otra.

LA OBJETIVIDAD DEL MÉTODO DE GRABACIÓN PSICOFÓNICO

De lo expuesto, sin entrar en cuestiones que se saldrían del tema, pero desde luego dignas de ser comentadas, lo cierto es que se deriva de la narración de los hechos varios fenómenos paranormales, al margen de las propias psicofonías, como materializaciones fantasmales, videncia, espiritismo, ¿quizás telepatía?. Sin embargo existe una clara diferencia entre todas estas manifestaciones y las registradas mediante la técnica que denominamos de "transcomunicación instrumental" entre las que se encuentran las psicofonías, y es que a excepción precisamente de esas misteriosas grabaciones que se encuentran en un soporte físico, en principio audible para la mayoría de nosotros, las otras experienicias, como tantas otras que pueden ser igualmente inexplicables, son meramente subjetivas. Una serie de datos o coincidencias nos pueden hacer creer o pensar en su veracidad, pero nos moveremos siempre en el terreno de las creencias, es algo que fuera de la mente humana no tiene trascendencia o soporte físicio verificable para la mayoría o la totalidad de los seres humanos. Sin embargo las psicofonías no......Estas tienen, como las otras técnicas de transcomunicación instrumental, un soporte físico y unas leyes de verificación que trascienden el típico límite de la mente humana de otros fenómenos paranormales, y no sólo eso sino que permiten su archivo en un registro que puede ser reproducible voluntariamente en cualquier momento. Por ello es uno, quizás el único, método de estudio paranormal con resultados mesurables y objetivos y que por tanto, no sin dificultades, algo se presta al estudio científico.

Dentro del estudio de las psicofonías destacan sobremanera las que podemos catalogar como voces comunicantes e inteligentes. Estas son voces que no pueden obedecer nunca a una grabación casual o accidental. Son voces que contestan clara y directamente a una pregunta formulada, que llaman por su nombre al experimentador, o que de una manera u otra establecen algún tipo de comunicación. Se ha especulado mucho sobre el origen de las psicofonías, se ha llegado a decir que son consecuencia de la captación de ondas de radio, sonidos que están inmersos en el propio ambiente, que son sonidos meramente ambientales captados por el micrófono sin que nos hayamos apercibido de su existencia al momento de la grabación. Esto son cosas que evidentemente pueden pasar, y de hecho han sucedido y se habrán confundido con alguna psicofonía, pero lo que está claro es que no va a pasar siempre, y que en ningún caso pude haber sucedido tal cosa cuando estamos en presencia de una psicofonía "comunicante", y que además tratada convenientemente con un programa al efecto, tanto por su modulación y sus características, como por su frecuencia vibracional se observa y confirma que esa voz no tiene el carácter de humana. Aquí no cabe duda, su emisión no puede deberse sino a una entidad inteligente, y en este mundo solo "vemos", aunque a veces cuesta reconocerlo, como seres "inteligentes" a los propios seres humanos. Entonces, ¿es nuestra mente la que por causas desconocidas provoca las inclusiones?

Si abordamos abiertamente la cuestión, de cada vez más se está comprobando que las psicofonías y la transcomunicación instrumental en general, no son mas que un exponente de diversas manifestaciones que en el fondo no son más que lo mismo: la comunicación con otros planos de existencia. Así cabe equipararlo a la conocida oui-ja y los diversos fenómenos mediúmnicos de todos conocidos. Se ha logrado obtener una identificación casi absoluta de registros en sesiones simultáneas. Con ello no estoy tratando de tomar partido por cuál es el origen de todos estos fenómenos, pero sí estoy en condiciones casi de asegurar que se trata de lo mismo, que todos tienen un origen común.

Ya hemos dicho que nos estamos refiriendo a los registros de los que se deriva claramente la existencia de una comunicación. Si no es la propia mente humana la que se comunica en las inclusiones, y desde luego la comunicación existe, está claro que alguna entidad, desde luego inteligente, ajena normalmente a nuestras percepciones en esta dimensión o en cualquier caso fuera de nuestro sistema perceptual, es la que establece esa difícil, débil e inestable comunicación. Si esa misma voz se presenta como perteneciente a un ser fallecido, un espíritu, en diversas y de lo mas espectaculares y variopintas circunstancias, e incluso, hasta reconociendo la voz el experimentador como perteneciente a esa persona tan allegada que recientemente nos dejó, se dirige a él no sólo por su nombre, sino con el apelativo o el diminutivo con el cual solía llamarle, francamente, es muy difícil pensar que la mente humana sea no sólo tan potente como para provocar mentalmente una inclusión psicofónica (además a este paso va a ser justamente lo único paranormal que va a saber hacer de modo universal, ya que la obtención de psicofonías con un poco de práctica y paciencia es accesible a la práctica generalidad de todas las personas) sino que todos somos, si se me permite la expresión, unos "cachondos mentales", y nuestra propia mente no hace sino gastarnos "bromas pesadas" con lo que hace, haciéndonos creer que las voces son extradimensionales y en muchos casos de seres fallecidos descarnados, y vaya por donde, todas nuestras mentes en lo mas oculto de su subconsciente al parecer tienen el mismo sentido del humor...............

Al margen de la teoría, de lo ilógico de la cuestión, está el tema empírico y experimental que es en realidad en lo que nos debemos centrar si queremos abordar la cuestión con un mínimo de rigor y seriedad, aun sin entrar necesariamente en un método puramente científico, ya que el fenómeno, por su propia naturaleza, lo aleatorio de sus parámetros y su variabilidad tanto individual como objetiva, poco margen deja para su verificación mediante un exhaustivo método científico (así en nuestro caso lo que funciona para un investigador no es viable para otro, y no se reitera la fenomenología a pesar de que se sigan unas mismas y determinadas pautas en la experimentación) ,con lo que por muchas hipótesis de trabajo que planteemos va a ser difícil, por no decir imposible hasta el momento claro, su verificación. Y dentro de esta cuestión, al hilo de lo que antes refería, lo cierto es que se ha intentado de diversas maneras tratar de provocar de forma deliberada una inclusión determinada mentalmente, aún con métodos que teóricamente potencian el supuesto poder mental, es decir mediante diversas formas de modificación del estado de la conciencia, y en ningún caso se ha obtenido el más mínimo éxito. Asimismo es importante significar que se han obtenido inclusiones psicofónicas con un temporizador de grabación, sin la presencia del experimentador o de ningún otro sujeto, lo que debería alejar la posibilidad de una influencia mental en el fenómeno.

Si descartamos la procedencia introspectiva, si observamos que el fenómeno parece estar vinculado a otros fenómenos de contacto espiritual o adimensionales (como se escucha en esa famosa psicofonía de Sinesio Darnell), si esas misma voces, aunque sea en contadas ocasiones y en la frontera del límite de lo audible, nos anuncian su origen, ¿por qué con tanta frecuencia les negamos siquiera el beneficio de la duda? Todo el mundo es inocente hasta que no se demuestra lo contrario, y sólo se puede decir de alguien que es mentiroso cuando realmente se le descubre una mentira. No quiero decir con ello que haya que hacer caso de las "voces" sin mas, sino todo lo contrario. Hemos de ser cautos. Si realmente procedieran de ese mundo espiritual, es sabido según la más clásica doctrina espirita, que existen muchos niveles de evolución y muchos seres evolucionados en distinta medida (recordemos la supuesta existencia de los espíritus llamados "burlones" que suplantan personalidades u ofrecen informaciones deliberadamente falsas), y en ese caso, saber discernir de qué autoridad provienen sería una tarea necesaria en la que la lógica y el sentido común tendrán mucho que decir. No hacer caso de todo, pero tampoco rechazarlo todo categóricamente, una postura imparcial y objetiva debe ser la más adecuada, aún sabiendo que en este medio eso entraña una gran dificultad. Baste como ejemplo la disparidad de criterios a la hora de interpretar el contenido de una psicofonía, a no ser que sea de una calidad excepcional. Pero no me estoy refiriendo ahora a mensajes más o menos extraños, chocantes o rocambolescos, que se salen de la cuestión que comento y a los que no conviene prestar demasiada atención, sino concretamente a ese misterioso origen, en el que coinciden las inclusiones, exponiéndolo de forma directa o indirecta, pero casi siempre cuando plantean la cuestión manifestando una procedencia espiritual. Quizás no estemos ante un único origen, pero la experiencia demuestra que la información proveniente de las entidades que generan en muchos casos las inclusiones nos indica ese origen espiritual, o cuanto menos extradimensional, y las circunstancias personales que rodean muchos increíbles casos ratifican ese supuesto, que aparentemente se muestra simplemente como una alternativa de manifestación o comunicación de un fenómeno afín a otras tipologías de manifestaciones que normalmente se han situado en el entorno espiritista, anteriormente aludidas y de todos conocidas. Aunque en principio la idea general está expuesta y espero con cierta claridad, analizar los detalles de tal conclusión ya sería por sus características y extensión objeto de otro estudio................................................

(Para cualquier opinión o aclaración ruego se pongan en contacto conmigo a la siguiente dirección de correo electrónico: matias10@ono.com)




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